El movimiento internacional de los datos abiertos
Los datos abiertos se definen como aquellos datos digitales que son puestos a disposición con las características técnicas y jurídicas necesarias para que puedan ser usados, reutilizados y redistribuidos libremente por cualquier persona, en cualquier momento y en cualquier lugar. En más detalle, los principios definidos por La Carta Internacional de Datos Abiertos son que los datos sean abiertos por defecto, oportunos y exhaustivos, accesibles y utilizables, comparables e interoperables, para mejorar la gobernanza y la participación ciudadana.
Datos abiertos en América Latina
América Latina y el Caribe es una región altamente comprometida con la agenda de datos abiertos. La región posee la mayor cantidad de adopciones a la Carta Internacional de Datos Abiertos, y ha sido un actor relevante en la definición de sus principios. Además de haber sido una región pionera en la implementación de iniciativas innovadoras, varios países de la región cuentan ya con una apropiada regulación de acceso a la información pública, han implementado portales de datos abiertos y están construyendo legislación en protección de datos personales.
De acuerdo con la Tercera Edición del Barómetro de Datos Abiertos (BDA), América Latina se destaca por tener una alta participación de las organizaciones de la sociedad civil en los procesos de apertura de datos y activismo para colaborar con organizaciones de base para diseñar herramientas en base a datos.
La oportunidad de los datos abiertos
Los datos abiertos generan una mayor interacción entre gobiernos y ciudadanos y habilitan instancias de co-creación con los actores que conforman la demanda de datos tales como investigadores, emprendedores, sociedad civil, desarrolladores, periodistas y otras instituciones. Abrir datos permite el empoderamiento de comunidades y ayudan a visibilizar problemas públicos y comunicar demandas ciudadanas, generar redes de cooperación público-privada para co-crear y co-producir servicios públicos, y conectar actores del ecosistema digital para fortalecer la innovación y agilizar las respuestas. Además, pueden convertirse en un habilitador del desarrollo económico creando oportunidades para emprendedores que usan los datos para crear servicios o productos.
Buenas prácticas para abrir datos

Para que sean accesibles, los datos deben estar disponibles en línea, de preferencia de manera gratuita y sin necesidad de registrarse. Esto no se limita únicamente a que no se cobre por su uso; tampoco deben existir barreras administrativas, tecnológicas o burocráticas que restrinjan su acceso. En este sentido, para democratizar su uso, los datos deben publicarse bajo una licencia abierta que permita su uso, reutilización y redistribución. Deben estar en un formato tal que pueda ser fácilmente procesado y analizado por medio de una computadora (machine-readable) independientemente de su tamaño.
Además, para aprovechar su máximo valor, los datos deben ser interoperables, así, pueden ser combinados con otros datos. Finalmente, es importante que la gente puede confiar en el contenido de los datos. Su potencial de ser compartidos y reutilizados también se gana a través de su certeza jurídica e integridad. Hay diferentes ejemplos de la verificación de datos abiertos manualmente por los usuarios (ground-truthing) y a través de blockchain.